sábado, 7 de mayo de 2016

Diario de Campaña: Sesión 9 (vuelta a Falcongrís)

Continuación de Las Salas de Rogahn y Zelligar (Aquí los sucesos anteriores)


Vamos con el resumen de los acontecimientos de nuestra última sesión de juego. Habíamos dejado a nuestros jugadores en la entrada a las cámaras de Rogahn y Zelligar. Turak, uno de nuestros guerreros yacía en el suelo y todo apuntaba a que nunca más vería la luz del sol.

Nuestros aventureros sabían que el tiempo era algo clave en su actual situación, así que no se demoraron mucho lamentando lo acontecido. Lo primero que decidieron fue retirarse con el cuerpo de Turak hasta la entrada del complejo, desde donde poder defenderse o huir con facilidad si eran atacados otra vez. A saber que criatura podía acudir al albor de los ruidos de su refriega con los hobgoblins. Turak permanecía estable, pero Jidra avisó al resto del grupo de que o conseguían ayuda pronto o Turak moriría sin remedio. Volkas decidió entonces que merecía la pena investigar las salas más cercanas al cruce donde habían combatido. Quizás pudieran encontrar algo que ayudase a Turak. Dejaron el cuerpo con Gromm, y Volkas y Jidra se internaron otra vez en el complejo subterráneo.

En la primera sala no tuvieron suerte, después de desatrancar la puerta accedieron a una habitación que bien pudiera haber sido una sala de reuniones, con una larga fila de bancos, ahora podridos y convertidos en poco más que astillas. El tiempo pasaba rápidamente, así que los aventureros no se entretuvieron y se dirigieron a la puerta que había enfrente. Ésta no parecía estar bloqueada o encajada, así que la abrieron con cuidado. No estaban preparados para la imagen que les esperaba en su interior.


La habitación contenía los cuerpos de varios hobgoblins abatidos. Tres esqueletos armados con escudos y espadas cortas se encontraban en el centro, mirando hacia la puerta. Pero lo que de verdad llamó su atención fue la horrible criatura de un color ceniciento que estaba devorando el brazo de uno de los cuerpos (un necrófago). Eso fue la gota que colmó el baso. Volkas cerró la puerta a toda prisa y salió corriendo hacia la entrada acompañado de Jidra. Sabían que no podían ganar ese enfrentamiento. Al llegar a la entrada cerraron la puerta secreta de acceso y se prepararon por si algo los seguía. Respiraron tranquilos cuando se dieron cuenta de que eso no iba a ocurrir, aunque lamentablemente eso también terminó con las esperanzas de salvar a Turak. Era hora de retirarse y meditar con calma el siguiente paso. Era hora de volver a Falcongrís.

No les costó mucho desandar lo andado hasta la hacienda de Bulbar. allí pasaron un par de días para recuperar sus fuerzas. Bulbar estaba muy agradecido por verse libre de los trastos, así que pagó el dinero acordado (200 mo) y les dijo que siempre encontrarían refugio en su casa. Al final se despidieron tras brindar con un bueno vino a la memoria de Turak. Tres días después los héroes volvían a cruzar la puerta del Dragón Plateado.

Lo primero que hicieron fue conversar con Olaf mientras éste les servía unas cervezas. Así conocieron a Brandon, un joven guerrero de Dyversa que había perdido a sus compañeros hacía algo más de una semana. Al intercambiar historias todos se llevaron una buena sorpresa. Resultó que Brandon y su grupo también se habían internado en las cámaras de Rogahn y Zelligar y fueron atacados en el mismo cruce. Sin duda, esos aventureros debían ser los cuerpos que el grupo había encontrado. Por lo visto el líder de "Los Leones del Nyr Dyv", el grupo de Brandon, conocía la localización de las cuevas desde hacía tiempo. Que relación había entre el líder y los goblins que habitaban la cueva era algo que Brandon no sabía o no quiso revelar. Un par de cervezas más sirvieron para afianzar una incipiente amistad y así terminó la noche.

A la mañana siguiente todos coincidieron en el salón para desayunar y Brandon se ofreció para unirse al grupo y sustituir a Turak. A todos les pareció un buen plan. Ahora solo faltaba decidir su siguiente objetivo. Como ya hicieron con anterioridad, preguntaron a Olaf si conocía de alguna misión que pudiera interesarles, y éste les comentó que no solo sabía de una sino que podía proponerles dos.

Por un lado parecía que Zarik, el maestro del gremio de joyeros había estado preguntando por el grupo en los últimos días. Estaba claro que quería volver a contar con el grupo, aunque no reveló el asunto. Por otro lado, el propio Olaf estaba dispuesto a proporcionarles una buena aventura a nuestros héroes. Les ofreció compartir con ellos la ubicación del lugar que terminó con su grupo, "Las Cimitarras Ocres", y lo dejó a él tullido para siempre. Un lugar peligroso pero que se creía guardaba un buen tesoro. Sin embargo no compartió más detalles con el grupo, pues no estaba claro si terminarían por aceptar antes el encargo de Zarik. Olaf les dijo que tras ayudar de forma muy discreta a Zarik, y también a Bulbar, estaban empezando a labrarse una buena reputación en la ciudad. El grupo, contento, arregló una cita con Zarik esa misma noche en el gremio de joyeros.

Puntuales acudieron a la cita en la puerta trasera de la sede del gremio. El propio Zarik abrió la puerta y los condujo por varios pasillos y talleres hasta una sala en penumbra. Allí un personaje de aspecto marcial dijo hablar en nombre de Sental Nurev, el capitán de la guardia de Falcongrís. Por lo visto últimamente se habían perdido varias caravanas de comerciantes en el camino hacia el oeste, cerca del Bastión del Vado. Las autoridades estaban empezando a sospechar que los bandidos tenían ojos y oídos dentro de la fortaleza y necesitaban un grupo no adscrito a la guardia que pudiera investigar en el lugar. El grupo pidió permiso para pensar sobre el asunto y la reunión se disolvió.

A la mañana siguiente el grupo se reunió para tomar una decisión y valorar sus opciones. Tenían cuatro posibles opciones:

  1. Explorar las ruinas del castillo de Falcongrís
  2. Volver a las cámaras de Rogahn y Zelligar
  3. Aceptar la misión de Sental Nurev
  4. Aceptar la misión de Olaf
Tras una larga deliberación decidieron volver a las cámaras de Rogahn y Zelligar. Todos estaban ansiosos de vengarse del lugar que se había cobrado la sangre de tantos amigos. Además Brandon comentó que cuando él huyó lo hizo junto con otro integrante del grupo, aunque como lo hicieron en direcciones opuestas no sabía del destino que había corrido su compañero. Quizás aun estuviera con vida ...

Algunas Notas Sobre la Sesión


Esta sesión es un gran ejemplo de la máxima "no intentes prepararte para cualquier acción de tus jugadores, terminarán por elegir otra en la que ni siquiera habías pensado". Tras lanzarse como lobos al combate con los hobgoblins, nunca se me ocurrió que huirían al encontrarse con el necrófago y los esqueletos. Por eso mismo había planificado el encuentro con el nuevo personaje del jugador de Turak dentro de la mazmorra. Al huir del complejo sin encontrarse con Brandon tuve que improvisar a toda prisa y crear el encuentro en la posada. Como mis jugadores son unos profesionales siguieron con la sesión sin detenerse demasiado en la gran casualidad del encuentro con Brandon en Falcongrís. Cosas del directo ;)

Por otro lado, al diseñar esta campaña con un estilo más "sandbox" estaba más que preparado para presentar ante el grupo varias posibilidades de aventura. Toda la preparación en semanas anteriores produce ahora sus beneficios. En una de mis partidas de hace unos años, el abandonar la aventura en curso me habría dejado colgado sin remedio. ¡Hail to the Sandbox!




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